La Lectura Orante de la Palabra de Dios.
En el año 1990 en un mensaje emotivo del Papa Juan Pablo segundo, Transcurridos veinticinco años desde la promulgación de la Constitución “Dei Verbum”, nos invita a retomar la lectura Orante de la Palabra de Dios con estas Palabras:
Es todavía inmensa la tarea que queda por realizar para difundir en todas partes la Sagrada Escritura. Para ponerla en práctica se recibe gran fuerza de la lectio divina, es decir, de la escucha y meditación con corazón ardiente de la Escritura misma, a ejemplo de María y de los discípulos de Emaús (Lc 2, 51; 24,32). Es necesario acercarse constantemente a la Biblia como fuente de santificación, de vida espiritual y de comunión eclesial en la verdad y caridad. (1)
Para el Papa Juan Pablo II, la Lectio divina o Lectura Orante de la Palabra de Dios es escuchar y meditar con corazón ardiente la Escritura, a ejemplo de Santa María y de los discípulos de Emaús. De ella se obtiene fuerza, santificación y comunión eclesial.
Ese método de lectura que ha sido heredado en sus principios de los judíos, pero actualizado en el reconocimiento de Jesucristo como el Verbo hecho carne, la Palabra del Dios vivo. Ha sido retomado desde los monjes cristianos de la antigüedad y los padres de la Iglesia. Y hoy en día es un método de dialógo y encuentro con Dios desde su Palabra.
Para el Papa Benedicto XVI la lectio divina, es verdaderamente «capaz de abrir al fiel no sólo el tesoro de la Palabra de Dios sino también de crear el encuentro con Cristo, Palabra divina y viviente» (2)
Pero además el mismo Papa Benedicto XVI(2) nos va guiando con los pasos a seguir para poder vivirla:
- se comienza con la lectura (lectio) del texto, que suscita la cuestión sobre el conocimiento de su contenido auténtico: ¿Qué dice el texto bíblico en sí mismo? Sin este momento, se corre el riesgo de que el texto se convierta sólo en un pretexto para no salir nunca de nuestros pensamientos.
- Sigue después la meditación (meditatio) en la que la cuestión es: ¿Qué nos dice el texto bíblico a nosotros? Aquí, cada uno personalmente, pero también comunitariamente, debe dejarse interpelar y examinar, pues no se trata ya de considerar palabras pronunciadas en el pasado, sino en el presente.
- Se llega sucesivamente al momento de la oración (oratio), que supone la pregunta: ¿Qué decimos nosotros al Señor como respuesta a su Palabra? La oración como petición, intercesión, agradecimiento y alabanza, es el primer modo con el que la Palabra nos cambia.
- La lectio divina concluye con la contemplación (contemplatio), durante la cual aceptamos como don de Dios su propia mirada al juzgar la realidad, y nos preguntamos: ¿Qué conversión de la mente, del corazón y de la vida nos pide el Señor? San Pablo, en la Carta a los Romanos, dice: «No os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto» (12,2). En efecto, la contemplación tiende a crear en nosotros una visión sapiencial, según Dios, de la realidad y a formar en nosotros «la mente de Cristo» (1 Co 2,16). La Palabra de Dios se presenta aquí como criterio de discernimiento, «es viva y eficaz, más tajante que la espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón» (Hb 4,12).
- Conviene recordar, además, que la lectio divina no termina su proceso hasta que no se llega a la acción (actio), que mueve la vida del creyente a convertirse en don para los demás por la caridad.
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Para ayudarte a vivir la lectura Orante de la Palabra de Dios puedes descargar el siguiente triptico, que podrás imprimir y usar en casa o en tus reuniones de oración:
Tambien te recomendamos:
- MENSAJE DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II A LA FEDERACIÓN BÍBLICA CATÓLICA MUNDIAL. 14 de junio de 1990. Vaticano.
- EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL VERBUM DOMINI DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
One response
Jesús sacramentado hijo del verdadero Dios , salvador del mundo proteja al papá Francisco y a mi familia , como servidor pretendo ser misionero en este tiempo Sinodal , Jesucristo salvador l mundo de tantas Guerras y violencia , Paz y bien.