Tal vez para muchos pudiera ser más facil dar un menú de lo que si se debe comer en los dias penitenciales; sin embargo tanto el ayuno como la abstinencia deben mirarse en si mismos como parte de un ejercicio espiritual que inician por asi decirlo con la elección consciente del menú.
En primer lugar debemos tener claro la diferencia entre ayuno y abstinencia.
El ayuno consiste en no comer ningun alimento por determinado tiempo, así pues cuando decimos «desayuno» se entiende que nos quitamos el ayuno de no haber comido antes mientras dormiamos. La pregunta clave es ¿Por cuanto tiempo debo ayunar los dias que me manda la Iglesia? Aunque hay varias prácticas al respecto, no se recomiendan ayunos exhaustivos ni prolongados, y si hubiera algun caso en particular para ello, debe ser bajo estricta vigiliancia médica y espiritual. Lo que la Iglesia en México recomienda (1) es hacer solo una comida fuerte durante todo el día (al medio día o en la tarde preferentemente) y obviamente respetando también los principios de la abstinencia.
Pero ¿para qué ayunamos? ¿qué sentido tiene?
El catecismo de la Iglesia católica da una respuesta concisa de los frutos del ayuno y de la abstinencia: «para adquirir el dominio sobre nuestros instintos, y la libertad del corazón» (2)
La Biblia nos explica los beneficios espirituales específicos del ayuno(3): Produce humildad (Salmo 69,10). Muestra nuestro dolor por nuestros pecados (1 Samuel 7, 6). Despeja el camino hacia Dios (Daniel 9, 3). Es un medio de discernir la voluntad de Dios (Esdras 8, 21) y es un método poderoso de [protección] (8,23). Es una señal de verdadera conversión (Joel 2,12). El ayuno nos ayuda a desprendernos de las cosas de este mundo. Ayunamos, no porque las cosas terrenales sean malas, sino precisamente porque son buenas. Son los dones que Dios nos da. Pero son tan buenas que a veces preferimos los dones que al Dador. Tendemos a comer y a beber hasta el punto en que nos olvidamos de Dios. San Pablo dijo que para algunas personas: “su dios es su vientre… No piensan más que en las cosas de la tierra” (Fil 3, 19). Jesús ayunó (Mateo 4, 2). Y como él no necesitaba de purificación, seguramente lo hizo para darnos un ejemplo. De hecho, asumió que todos los cristianos seguirían su ejemplo. “Cuando ustedes ayunen”, dijo, “no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando”. (Mateo 6,16). Tengan en cuenta que no dijo: “Si ayunan”, sino “cuando ayunen”. Entonces los apóstoles continuaron ayunando, mucho después de la resurrección y de la ascensión de Jesús (ver Hechos 13, 2-3 y 14,23). En los documentos cristianos más antiguos, vemos que los primeros creyentes ayunaban todos los miércoles y viernes. En esos días probablemente sólo tomaban una comida, de pan y agua. (3)
Nota importante: el ayuno no debe ser usado como un método de intento de extorsión, chantaje hacia Dios, como para obtener algo si o si, sino que debe realizarse como se dijo antes mencionando el Catecismo de la Iglesia: «para adquirir el dominio sobre nuestros instintos, y la libertad del corazón». (CATI 2043)
¿Quienes deben ayunar y cuando?
El ayuno solo está prescrito (es obligatorio) los días Miércoles de Ceniza y Viernes Santo. La Conferencia Episcopal en México, haciendo suya la prescripción del Código, acepta que la
obligación del ayuno comienza a los 18 años cumplidos y termina a los 59 cumplidos.
Entonces ¿qué es la Abstinencia?
La abstinencia dentro del Sentido penitencial que nos manda la Iglesia consiste en no comer carne (ni de res, ni de cerdo, eventualmente tampoco pollo); se exenta de esta lista tradicionalmente el pescado, incluso algunos mariscos bajo ciertas circunstancias, pero conviene observar: «la abstinencia de aquellos alimentos que para cada uno sean de especial agrado, o por la materia, o por el modo de su confección». (1) Es decir, aun cuando sea un platillo o alimento permitido, como el pescado o cualquier otro aun cuando no sea carne, si este es de especial agrado para ti, debes evitarlo para conservar el sentido penitencial.
También debes saber que en México, la Conferencia episcopal observa que en caso de situación de pobreza o cuando uno no tiene opción de elegir sus alimentos, o incluso por prescripción médica o enfermedad que requiera dieta particularmente estricta, la abstinencia alimentaria se puede sustituir por obras de piedad u obras de caridad. La abstinencia es obligatoria desde los 14 años cumplidos(1)
¿Cuando se debe hacer abstinencia de carne?
No solo los viernes de cuaresma como muchos creemos; La iglesia indica que son todos los viernes del año, a menos que correspondan a una solemnidad. ¿Sabías esto?
¿Qué más debo saber sobre el ayuno y la abstinencia?
«No son prohibiciones solo por capricho, son acciones que nos guían a un mayor encuentro con Dios. En el ayuno y la abstinencia encontramos la verdad de que el verdadero alimento es Cristo, nos liberamos también de las dependencias a las pasiones desordenadas, nos disponemos a pensar más en Dios. Cada vez que ayunemos y pasemos hambre, pensemos: Señor llena tú este vacío, ayúdame a siempre tener hambre de ti, alimenta mi alma”.(4)
«Al ejercitar el control sobre los deseos y apetitos naturales, los católicos fortalecen su voluntad y se preparan para resistir las tentaciones y los impulsos egoístas. Esta disciplina espiritual les permite enfocarse en su relación con Dios y cultivar una vida de virtud.» (5)
Por último conviene recordar que “la penitencia interior es una reorientación radical de toda la vida, un retorno, una conversión a Dios con todo nuestro corazón, una ruptura con el pecado, una aversión del mal, con repugnancia hacia las malas acciones que hemos cometido. Al mismo tiempo, comprende el deseo y la resolución de cambiar de vida con la esperanza de la misericordia divina y la confianza en la ayuda de su gracia” (2)
¿Qué sucede con los textos del profeta Isaías, sobre el ayuno que agrada al Señor: dar de comer al hambriento, etc. o bien cuando Jesús dice: No mancha al hombre lo que come sino lo que sale de su corazón en relación al ayuno y la abstinencia?
Ninguno de estos textos habla sobre No ayunar. En cuanto al profeta Isaías resalta la importancia de acompañar el ayuno con un verdadero sentido penitencial, es decir, arrepentimiento de nuestros pecados, pero además como parte de este cambio que queremos dar, tenemos que hacer buenas obras al prójimo. De tal como que como recomienda la iglesia hoy en día, el tiempo cuaresmal es una invitación a reforzar la caridad para con el prójimo, el ayuno y la oración, todas en un sentido de humildad y penitencia.
Jesús nuestro Señor, va a dar sentido a este texto de Isaías cuando dice: «Cuando ayunen, no pongan caras tristes para que los demás vean que estan ayunando» (Mt 6,16). Es decir que muchos hacian cosas solo para ser vistos y reconocidos y eso es lo que criticaba Jesús: que se cuidarán las apariencias de los actos religiosos, pero no la pureza de intención.
En relación a las palabras de Jesús sobre lo que mancha al hombre, no es lo que come, hace referencia no al ayuno, porque como vimos, Jesús y sus apostoles ayunaron, sino que hace referencia a la prohibición antigua de no comer cierto tipo de alimentos. Jesús invita a no darle importancia tanto a lo que comemos como a lo que decimos y hacemos que es fruto de lo que hay dentro de nuestro corazón. Lo cual entonces se vuelve una invitación a nosotros para purificar nuestro corazón.
En este sentido, el ayuno y abstinencia, deben ser más un acto del corazón penitente, y no una mera tradición.
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- CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA # 2043 – #1431
- ARQUIDIOCESIS DE LOS ANGELES, USA. ¿PORQUE AYUNAMOS? lacatholics.org
- ARQUIDIOCESIS DE XALAPA, MEXICO. AYUNAR LIBERA, CUARTO MANDAMIENTO DE LA IGLESIA. Hernández Cuevas www.arquidiocesisdexalapa.com/
- ACIPRENSA.COM ¿Cuál es el sentido del ayuno y la abstinencia en la Iglesia Católica?
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